No existe el método ideal y único que evalúe a la glándula mamaria. La evaluación comienza con el autoexamen mamario, el examen físico por parte del médico especialista, la mamografía y el ultrasonido, éste último como método complementario.
El autoexamen mamario debe comenzar a hacérselo la mujer una vez que se inicie la aparición de la glándula mamaria. Esto la ayuda a concientizarse de la importancia de la evaluación rutinaria de la mama asociándola con la evaluación por un médico especialista posterior a los 20 años, la realización de la mamografía posterior a los 35 años y el ultrasonido en caso de que sea necesario como complemento de la mamografía o en pacientes menores sin ningún riesgo para enfermedad.
Lo importante es que no existe un método único y suficiente para la evaluación cien por ciento de la glándula mamaria. Otra cosa relevante es que el ultrasonido no puede mejorar una mamografía de baja calidad, estudios de mala calidad mamográfica deben ser repetidos porque el eco nunca va a sustituirlo.
En relación a las mujeres menores de 35 años o embarazadas se les indica el ultrasonido, pero una vez realizado si se encuentra alguna alteración de sospecha se realiza la mamografía independientemente de la edad y condición. También cuando las mamas son voluminosas no se evalúan por ultrasonido en primera instancia sino por mamografías. Cuando es un hombre el que tiene problemas mamarios, se evalúa primariamente, se indica la mamografía y de ser necesario se complementa con el ecosonograma o ultrasonido.